<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=621166132074194&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
domingo. 15.06.2025
TRIBUNA DE OPINIÓN

Una imprescindible cuestión de confianza

La zafia cutrez del clan Ábalos embadurna las alfombras ministeriales y obliga a una cuestión de confianza.

54581885921_08424ceb93_k
Pedro Sánchez y María Jesús Montero en el Congreso de los Diputados.

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

Cuesta creer que alguien como Ábalos haya podido ser ministro y un alto responsable del partido socialista. Cerdán le presentó a Koldo y el chófer se convirtió en su hombre de confianza. Esta no parecería ser mutua, dadas las grabaciones que se han incautado. ¿Por qué grababa todo el tiempo las conversaciones mantenidas con sus dos poderosos padrinos? ¿Para cubrirse las espaldas por si se descubrían sus chanchullos? Estos van conociéndose con todo detalle gracias a esos audios, que revelan por añadidura la planificación de juergas eróticas. Resulta bochornoso que tales planes fueran tratados en sede ministerial.

Se dice que podríamos estar solo ante la punta del iceberg y que habría un material mejor guardado con revelaciones muy dañinas para otros partidos e instituciones. Ojalá salieran a la luz, de ser el caso. Junto con su carné del partido Leire Díez entregó a Cerdán una documentación que acabó en la Fiscalía y esto logró poner muy nervioso a Víctor Aldama, uno de los empresarios que traficaba con Ábalos y Koldo, al parecer a espaldas de su socio, Santos Cerdán. Se diría que hay muchos escándalos por destaparse y habrá de verse a quién salpican. Es triste que altos cargos de ambos partidos gubernamentales hayan cedido a las tentaciones pecuniarias.

Pedro Sánchez se ha quemado las manos dos veces con los estrechos colaboradores a quien confió la secretaría de Organización del partido

Pedro Sánchez se ha quemado las manos dos veces con los estrechos colaboradores a quien confió la secretaría de Organización del partido. Ahora no se trata de menudencias muy discutibles. La corrupción ha pasado a su vera y la respuesta debe ser contundente. Deben investigarse los mecanismos que hicieron posibles las mordidas. Ni siquiera parece que lo hicieran para financiar ilegalmente al partido, sino más bien que instrumentalizan sus cargos para lucrarse personalmente. Pero esto debe quedar meridianamente claro.

A Feijóo le correspondería presentar una moción de censura, por mucho que no le salgan las cuentas. Lleva pidiendo la dimisión de Sánchez y una convocatoria electoral por un sinfín de razones, de suerte que ahora su letanía no resulta ya muy convincente. Si quien presuntamente lidera la oposición se inhibe de dar ese paso, Pedro Sánchez debería someterse a una cuestión de confianza. Con eso evitaría que las exigencias de quienes pasan por ser socios parlamentarios cobren proporciones inasumibles. Habría que clarificar el panorama y dilucidar si esta legislatura tiene algún recorrido. Lo del tú más tampoco es un paliativo, cuando menos para la ciudadanía.

Una imprescindible cuestión de confianza