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Celín Cebrián | @celincebrianvaliente
La noticia de su fallecimiento, a los 80 años, se dio a conocer el 4 de abril del 2025, pero, al parecer, llevaba muerto en su ciudad natal, Dos Hermanas, desde el 27 de enero. Se despide una de las figuras más emblemáticas y excéntricas de la televisión de aquellos años. El vidente llegó a instalar en un garaje de Sevilla una capilla a la que acudían cientos de personas para recibir sus poderes curativos. Nunca quiso que su muerte fuera noticia.
El fenómeno “Freak” revolucionó la televisión en la década de los noventa, que se plagó con figuras como Yurena, Paco Porras, Leonardo Dantes o Tamara. Seisdedos. Era la época del VHS y los 16 bits, aquellas consolas de video juegos como la Súper Nitendo y la Sega Génesis. Se trataba de pasar las horas jugando a The Legend of Zeida: A Link to the Past o al Sonic the Hedgehog. No era solo un pasatiempo. Era una forma de vida.
Era conocido por dividir su personalidad entre dos personajes: Cristofer y Micael. Cuando adoptaba la identidad de Micael hablaba con voz de robot y se identificaba como Jesús
Por simplificar, ser friki en los años 90 era ser el rarito de la clase. Hoy en día, sin embargo, ser friki no es más que apuntarse al mainstream, a la corriente mayoritaria, dominada por el boom del geek, es decir, por una generación fascinada por la tecnología, la informática, la cultura pop, los videojuegos, las películas, la música de culto, así como por la ciencia ficción y la fantasía. El geek ha conquistado el mundo y las películas de súper héroes siguen dominando la taquilla. Las redes sociales han ayudado a su expansión y están llenas de debates sobre Marvel, Juego de Tronos… Podríamos decir que hay frikis hasta en el Manga, que, de ser así, los llamaríamos otakus, a los que les apasiona la cultura japonesa, el anime, las artes marciales, la cocina de ese país y su mitología. Ahora mismo, el mundo otaku tiene mucha fuerza.
En aquella época, los 90, un friki, por lo general, era motivo de burla. Hoy ser un geek es un estatus. Como lo es ser un experto en cómics, en videojuegos o en películas de culto. Todo eso les da “frescura” a las tendencias, como llevar ciertas camisetas, ya sea del Doctor Who o Rick and Morty. Y esto se debe a que las plataformas y la tecnología han cambiado el panorama. Los frikis ya no son rebeldes sin causa como antaño, sino que son aquellos que pertenecen a una cultura rica, creativa, diversa, pero sobre todo muy imaginativa. En 1977 se estrenó quizás la película que más influyó o que ayudó a crear estos prootipos…, esos personajes obsesionados con los objetos culturales, con el coleccionismo y dispuestos a disfrazarse de lo que sea…, fue La guerra de las galaxias, de George Lucas. Gente introvertida, ratones de biblioteca, empollones, mentes de enciclopedia, incluso, en ese cajón de sastre, cabrían hasta los más repelentes, y también aquellos que son un tanto infantiles… Y ese era el hábitat y el caldo de cultivo del friki, un panorama que ha cambiado muchísimo, ya que últimamente se han creado multitud de variantes de todo ello, de tal modo que desde el año 2006 se celebra en España el Año del Orgullo Friki.

Volvamos atrás. Muchos de estos personajes llegaron a la fama por sus cualidades Frikis, una palabra que engloba su aspecto físico, su manera de hablar y su forma de ser. El término comenzó a usarse en EE.UU para referirse a personas con malformaciones o anomalías físicas. Pero en nuestro país este término se reinventó. Es más, habría que decir que el término está totalmente desfasado. Es como ése que dice: ―”Yo soy un friki porque me he pasado toda la tarde mirando memes de la rana Gustavo”. Y no es así. A menudo se usa esta palabra sin ningún criterio. Los protagonistas de este fenómeno apenas si duraron diez años en la televisión. Por el contrario, su legado ha sido recordado con frecuencia y a día de hoy siguen presentes en muchas de las bromas que gastamos y en nuestras conversaciones.
Los primeros espacios que acogieron frikis fueron Al Ataque, El Semáforo y Crónicas Marcianas. Entrevistas llevadas a cabo por Alfonso Arús y Javier Sardá, entre otros, que se rodeaban de unos colaboradores inolvidables ( Martí Galindo, Carlos Latre, Paz Padilla, Boris Izaguirre, Manel Fuentes, Rocío Madrid, el padre Apeles…). Al otro lado de la noche, teníamos a Pepe Navarro con su Esta noche cruzamos el Mississipi, donde destacaron La Veneno o Florentino Fernández, amén de Carlos Jesús, a lo que sumar el programa de Javier Cárdenas, que utilizaba a unos pobres incautos para lucirse él mismo. La clave del éxito de todos aquellos programas se debió a la peculiaridad de sus protagonistas. Como sucedió también con el presentador Jesús Quintero, acostumbrado a invitar a sus programas a muchos frikis, los cuales pasaron rápidamente del anonimato a la fama. Entre ellos estaban Carlos Jesús, el Padre Apeles, el Penumbra o el Risitas. Estos programas tuvieron la capacidad de reunir a millones de espectadores delante de la televisión en busca de la risa fácil. Cuanto más extraño era el personaje, más seguidores tenía. El público imitaba sus frases y buscaba ese toque de humor. Hubo programas de televisión que fueron “granjas escuela” de personajes que todavía se recuerdan. Caras que no se olvidarán nunca..

En cuanto a Carlos Caballero Rey, más conocido como Carlos Jesús, nació en 1945 y alcanzó fama con su personaje de vidente y curandero. Su primera aparición fue en el programa Al Ataque de Antena 3, presentado por Alfonso Arús, en el que fue entrevistado por Javier Cárdenas. Pero su verdadero despegue llegó cuando Javier Sardá decidió incluirlo en Crónicas Marcianas, que aprovechó para crear secciones de humor y en el que llegó a afirmar que él era la reencarnación de Jesucristo, además de asegurar que provenía de un planeta llamado Raticulín, del que vendrían a la Tierra 100.000 naves espaciales. Era conocido por dividir su personalidad entre dos personajes: Cristofer y Micael. Cuando adoptaba la identidad de Micael hablaba con voz de robot y se identificaba como Jesús. Cuando lo hacía como Crisfofer, entonces se convertía en el encargado de mantenimiento de las naves espaciales de Raticulín. Durante sus apariciones televisivas, llegó a asegurar que tenía un microchís que le otorgaba poderes para reparar ordenadores. También afirmó que había muerto dos veces, ambas por descargas eléctricas en dos cadenas de televisión diferentes. Y que Jesús se le había aparecido frente a una churrería y le había encomendado la misión de salvar a la gente en el planeta. Afirmaba con total seguridad que él había estado en Ganímedes, en la constelación de Orión, en varias estrellas y en el Sol. Y que el Sol no quemaba. Después de este apogeo, desapareció de la vida pública.
“Estrellas” o frikis también fueron Leonardo Dantés, un cantante y showman nacido en San Vicente de Alcántara, Badajoz, que logró grabar y editar más de cien canciones. Por aquellos años formó un dúo con Tamra Seisdedos, que, por cierto, también llegó a formar otro dúo con su madre, Margarita, en el programa de Crónicas Marcianas, convirtiéndose en una estrella del pop y alcanzando el número uno de la lista AFYVE (Asociación de Productores de Música de España), además de tener cierto reconocimiento con un disco de oro. Una demanda de la cantante Tamara, la obligó a cambiarse de nombre. Entonces, la cantante vasca, durante la grabación de los programas, pasó a llamarse YURENA, participando hasta en el programa Supervivientes. En la actualidad sigue centrada en su carrera musical y su vida ha sido objeto de un documental para Netflix producido por los Javis. Tampoco podemos olvidarnos de su novio, Paco Porras, cuya peculiaridad estaba en su peinado y su capacidad para leer el futuro en las hortalizas. En 2020 llegó a reconocer que se encontraba en una situación de extrema pobreza. Ahora trabaja en la radio Onda Orgullo.

Siguiendo con la lista, citaremos a Pozo, Manuel Reyes, que se convirtió en famoso gracias a sus frases y que acabó arruinado por su mánager, llevando una vida de indigente. El Risitas, Juan Joya, al que sus chistes y la coletilla de “cuñao..” le dieron un considerable éxito. El Padre Apeles, siempre irónico y mordaz, que no sólo apareció en Crónicas Marcianas, sino en El Castillo de las mentes prodigiosas. Cuando dejó de salir en la tele, se dedicó a seguir con su formación en las Fuerzas Armadas del Ejército de Tierra. En la actualidad es Reservista Voluntario de la Subdelegación de Defensa de Tenerife. También tendríamos a La Pantoja de Puerto Rico, que se llamaba Ruddys Martínez, que intentaba imitar a la cantaora sevillana.
Hay quienes opinan que Crónicas Marcianas fue el programa responsable de todo el boom de la telebasura; otros, por contra, les reconocen a dicho programa el mérito de haber sido el late night más visto de la televisión en España. Entre 1997 y 2005, millones de espectadores se congregaban ante la televisión para ver todas las ocurrencias de sus colaboradores, entre los que destacar a Carlos Latre, Paz Padilla, Boris Izaguirre…

Siguiendo con la lista de los frikis de aquellos años, apuntaríamos a Toni Genil; TekilaA, Loli Álvarez, La Bruja Lola…, una de las pitonisas que ocupaban las madrugadas de la tele. O Carmen de Mairena, Carmen Brau, uno de los travestis más famosos de España, que se llamaba Miguel y era cupletista, y que incluso llegó a salir en la película Torrente 4 y en dos pelis porno. Una de sus películas tenía un nombre que llamaba la atención: FBI: Frikis buscan incordiar. Sin olvidarnos de El Perchas, que no era otro que Vicente Vázquez Garza, todo un dandi que se paseaba por las calles de La Coruña vestido de manera muy elegante hasta que lo encontró Javier Cárdenas y su micrófono, ante el cual afirmó que él era el terror de las nenas. Por último, Dinio, un cubano que abandonó su país de la mano de Marujita Díaz. Tuvo problemas con la cocaína, con algunas de sus parejas y, durante un tiempo, se dedicó al porno. Regenta un pub que se llama La noche me confunde.
Durante aquellos años la especialidad de la televisión española fue crear personajes salidos de la nada que copaban protagonismo en los llamados programas del corazón y en espacios nocturnos, que se sacaron de la chistera personajes que llegaron a ser auténticas estrellas del papel cuché, algo que revolucionó los platós. Llegaron a tener realitys creados exclusivamente para ellos, programas de televisión diarios buscando la audiencia. Muchos se subieron al carro de la fama y del dinero. Y del mismo modo que se subieron, bajaron. La mayoría, tras pasar por varias cirugías estéticas, acabó en la ruina y olvidados.
